La deshidratación es una emergencia común en la que un perro pierde la capacidad de reemplazar los líquidos perdidos por vía oral. Estos fluidos se componen de electrolitos vitales y agua.
Deshidratación en perros
Qué estar atento
El síntoma más común de deshidratación es la pérdida de elasticidad de la piel. Cuando se tira ligeramente, la piel no volverá fácilmente a su lugar original. Otro síntoma alarmante es la xerostomía, en la que las encías pierden humedad y se vuelven secas y pegajosas, y la saliva se vuelve espesa. En la deshidratación avanzada, los ojos se hunden y el perro puede colapsar por el shock.
Causa primaria
Además de los vómitos y la diarrea persistentes, las enfermedades, la fiebre, el golpe de calor y la deficiencia en la ingesta de líquidos pueden causar deshidratación.
Cuidado inmediato
Si hay una deshidratación moderada y el perro no vomita, puede tratarlo con lactato de Ringer («Ringer lactato» con dextrosa al 5% en agua). También puede administrar una solución electrolítica a una tasa de 2 a 4 ml por libra (1 a 2 ml por kilogramo) del peso corporal del perro por hora. Las aguas enriquecidas con electrolitos también pueden ser de ayuda. Si tiene preguntas sobre la dosis, comuníquese con su veterinario.
Sin embargo, si su perro sufre de deshidratación severa, busque atención médica inmediata. Podrán administrar líquidos por vía intravenosa para evitar una mayor pérdida de líquidos y reemplazar la pérdida actual.
Prevención
Para un perro con episodios continuos y severos de vómitos y diarrea, puede prevenir la deshidratación dándole al perro soluciones electrolíticas hasta que pase la enfermedad. Sin embargo, los líquidos intravenosos pueden ser la única solución en casos graves.